Sunday, October 23, 2005

Hiroshima Peace Declaration Declaracion de la Paz de Hiroshima

We are constantly being astonished at the amazing discoveries in the field of violence. But I maintain that far more undreamt-of and seemingly impossible discoveries will be made in the field of nonviolence.
—Gandhi

Constantemente nos asombramos de los alucinates descubrimientos en el campo de la violencia. Sin embargo yo mantengo que mas alla de lo jamas soñado. Muchos mas increibles descubrimientos seran hechos en el campo de la no- violencia.


Vancouver City Of Peace


PEACE DECLARATION



This August 6, the 60th anniversary of the atomic bombing, is a moment of shared lamentation in which more than 300 thousand souls of A-bomb victims and those who remain behind transcend the boundary between life and death to remember that day. It is also a time of inheritance, of awakening, and of commitment, in which we inherit the commitment of the "hibakusha" to the abolition of nuclear weapons and realization of genuine world peace, awaken to our individual responsibilities, and recommit ourselves to take action.
This new commitment, building on the desires of all war victims and the millions around the world who are sharing this moment, is creating a harmony that is enveloping our planet. The keynote of this harmony is the hibakusha warning, "No one else should ever suffer as we did," along with the cornerstone of all religions and bodies of law, "Thou shalt not kill." Our sacred obligation to future generations is to establish this axiom, especially its corollary, "Thou shalt not kill children," as the highest priority for the human race across all nations and religions. The International Court of Justice advisory opinion issued nine years ago was a vital step toward fulfilling this obligation, and the Japanese Constitution, which embodies this axiom forever as the sovereign will of a nation, should be a guiding light for the world in the 21st century.
Unfortunately, the Review Conference of the Nuclear Non-Proliferation Treaty this past May left no doubt that the U.S., Russia, U.K., France, China, India, Pakistan, North Korea and a few other nations wishing to become nuclear-weapon states are ignoring the majority voices of the people and governments of the world, thereby jeopardizing human survival.Based on the dogma "Might is right," these countries have formed their own "nuclear club," the admission requirement being possession of nuclear weapons. Through the media, they have long repeated the incantation, "Nuclear weapons protect you." With no means of rebuttal, many people worldwide have succumbed to the feeling that "There is nothing we can do." Within the United Nations, nuclear club members use their veto power to override the global majority and pursue their selfish objectives. To break out of this situation, Mayors for Peace, with more than 1,080 member cities, is currently holding its sixth General Conference in Hiroshima, where we are revising the Emergency Campaign to Ban Nuclear Weapons launched two years ago. The primary objective is to produce an action plan that will further expand the circle of cooperation formed by the U.S. Conference of Mayors, the European Parliament, International Physicians for the Prevention of Nuclear War and other international NGOs, organizations and individuals worldwide, and will encourage all world citizens to awaken to their own responsibilities with a sense of urgency, "as if the entire world rests on their shoulders alone," and work with new commitment to abolish nuclear weapons. To these ends and to ensure that the will of the majority is reflected at the UN, we propose that the First Committee of the UN General Assembly, which will meet in October, establish a special committee to deliberate and plan for the achievement and maintenance of a nuclear-weapon-free world. Such a committee is needed because the Conference on Disarmament in Geneva and the NPT Review Conference in New York have failed due to a "consensus rule" that gives a veto to every country. We expect that the General Assembly will then act on the recommendations from this special committee, adopting by the year 2010 specific steps leading toward the elimination of nuclear weapons by 2020. Meanwhile, we hereby declare the 369 days from today until August 9, 2006, a "Year of Inheritance, Awakening and Commitment." During this Year, the Mayors for Peace, working with nations, NGOs and the vast majority of the world's people, will launch a great diversity of campaigns for nuclear weapons abolition in numerous cities throughout the world.We expect the Japanese government to respect the voice of the world's cities and work energetically in the First Committee and the General Assembly to ensure that the abolition of nuclear weapons is achieved by the will of the majority. Furthermore, we request that the Japanese government provide the warm, humanitarian support appropriate to the needs of all the aging hibakusha, including those living abroad and those exposed in areas affected by the black rain.On this, the sixtieth anniversary of the atomic bombing, we seek to comfort the souls of all its victims by declaring that we humbly reaffirm our responsibility never to "repeat the evil." "Please rest peacefully; for we will not repeat the evil.
" August 6, 2005"
Tadatoshi Akiba
Mayor The City of Hiroshima

"Heiwa" Kanji for Peace


DECLARACIÓN DE LA PAZ

Este 6 de agosto en que se conmemora el 60º aniversario del bombardeo atómico, es un momento de lamentación compartida entre más de 300 mil almas de las víctimas de la bomba atómica y los que quedamos, recordando ese día más allá de las fronteras entre la vida y la muerte. Es también un momento de sucesión, de despertar y de compromiso, en el que heredamos la voluntad de los hibakusha de abolir las armas nucleares y lograr una genuina paz mundial; despertamos a nuestras responsabilidades individuales, y volvemos a comprometernos a emprender acciones. Este nuevo compromiso, basado en los deseos de todas las víctimas de la guerra y de los millones de personas del mundo que están compartiendo este momento, está creando una armonía que envuelve nuestro planeta.La tónica de esta armonía es la advertencia de los hibakusha, “Nadie más debe sufrir como lo hicimos nosotros”, junto con los fundamentos de todas las religiones y cuerpos legales, “No matarás”. Nuestra obligación sagrada para con las futuras generaciones es establecer este axioma, y en especial su corolario, “No matarás niños”, como la más alta prioridad para la raza humana en todas las naciones y religiones. La opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia emitida hace nueve años fue un paso vital hacia la realización de esta obligación, y la Constitución Japonesa, que corporifica este axioma eterno como la voluntad soberana de una nación, debe ser un faro que guíe al mundo en el siglo XXI.
Desafortunadamente, la Conferencia de Examen del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares del pasado mes de mayo no dejó dudas de que los EE.UU., Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Corea del Norte y algunas otras naciones desean convertirse en estados poseedores de armas nucleares ignorando la voz de la mayoría de los pueblos y gobiernos del mundo, amenazando de esa manera la supervivencia humana.Basados en el dogma “El poder es el derecho”, estos países han formado su propia “asociación nuclear”, siendo el requisito de admisión la posesión de armas nucleares. A través de los medios de comunicación, ellos vienen repitiendo desde hace mucho el conjuro, “Las armas nucleares los protegerán”. Sin medios para refutarlos, muchas personas del mundo han sucumbido al sentimiento de que “No hay nada que podamos hacer”. Dentro de las Naciones Unidas, los miembros de la asociación nuclear utilizan su poder de veto para hacer caso omiso de la mayoría mundial y buscar sus objetivos egoístas.Para romper esta situación, Alcaldes por la Paz, con más de 1.080 ciudades miembros, está realizando actualmente su sexta Conferencia General en Hiroshima, donde estamos revisando la Campaña de Emergencia para la Prohibición de las Armas Nucleares lanzada dos años atrás. El objetivo principal es producir un plan de acción que expanda aún más el círculo de cooperación formado por la Conferencia de Alcaldes de los EE.UU., el Parlamento Europeo, la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear y otras ONGs internacionales, organismos e individuos del mundo entero, y aliente a todos los ciudadanos del mundo a despertar a sus propias responsabilidades con un sentido de urgencia, “como si el futuro del mundo descansara sólo sobre sus hombros”, y se esfuercen con un nuevo compromiso para abolir las armas nucleares.Con estos fines, y para asegurar que la voluntad de la mayoría se refleje en la ONU, proponemos que el Primer Comité de la Asamblea General de la ONU, que se reunirá en octubre, establezca un comité especial para deliberar y planear el logro y mantenimiento de un mundo libre de armas nucleares. Ese comité es necesario porque la Conferencia sobre Desarme de Ginebra y la Conferencia de Examen del TNP de Nueva York han fracasado debido a una “regla de consenso” que le da un veto a cada país.Esperamos que la Asamblea General actúe luego por recomendación de este comité especial, adoptando, por el año 2010, pasos específicos que conduzcan a la eliminación de las armas nucleares por el 2020.Mientras tanto, por la presente, declaramos los 369 días que comienzan a partir de hoy, hasta el 9 de agosto de 2006, como el “Año de Sucesión, Despertar y Compromiso”. Durante este año, Alcaldes por la Paz, junto con un gran número de naciones, ONGs y una vasta mayoría de los pueblos del mundo, lanzaremos una gran diversidad de campañas por la abolición de las armas nucleares en numerosas ciudades de todo el mundo.Esperamos que el gobierno japonés respete la voz de las ciudades del mundo y se esfuerce enérgicamente en el Primer Comité y que la Asamblea General asegure que la abolición de las armas nucleares se logre por deseo de la mayoría. Además, solicitamos que el gobierno japonés brinde el apoyo cálido y humanitario apropiado a las necesidades de todos los ancianos hibakusha, incluyendo a los que viven en el extranjero y quienes estuvieron expuestos en las áreas afectadas por la lluvia negra.Por esta razón, en el sexagésimo aniversario del bombardeo atómico, buscamos consolar las almas de todas sus víctimas declarando que reafirmamos humildemente nuestra responsabilidad para nunca “repetir el mal”.“Por favor, descansen en paz; porque no repetiremos el mal”.
6 de agosto del año 2005
Tadatoshi Akiba
Alcalde de la Ciudad de Hiroshima

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